¿Qué hace al Reloj de Bolsillo Ferrocarril de Antioquia tan especial en la historia de la relojería colombiana? Sumergirse en este relicario de tiempo es adentrarse en una narrativa rica en tradición, exclusividad y elegancia.
Producido por el renombrado relojero suizo "Moeris" hacia la década de 1920, estos relojes eran importados directamente desde Suiza por el visionario señor Juan Heiniger, fundador y propietario de la prestigiosa Joyería La Perla en la ciudad de Medellín. Heiniger no solo era un hombre de negocios, sino también un líder cívico y un apasionado de la importación de estos relojes Moeris, bajo la submarca Ferrocarril de Antioquia, llevando su sello personal "Juan Heiniger Medellín" grabado en la parte trasera de los relojes.
El diseño de estos relojes era exquisito: estuches de níquel blanco u ocasionalmente de oro, de tres tapas, con detalles en latón, acero, plata y oro, acompañados de esferas decoradas de porcelana. Estos cronómetros no eran simplemente instrumentos para medir el tiempo; eran símbolos de estatus y distinción. Se convirtieron en codiciados por la aristocracia criolla y las élites adineradas de Antioquia en aquellos tiempos.
Hoy en día, estos relojes se han convertido en verdaderas reliquias de colección. Su valor en el mercado varía según el tipo, estado y antigüedad de cada pieza, siendo altamente apreciados por coleccionistas y amantes de la historia.
Poseer un Reloj de Bolsillo Ferrocarril de Antioquia no es solo tener un artículo antiguo; es atesorar un fragmento de la rica historia colombiana. Cada uno de estos relojes cuenta una historia única, reflejando la elegancia intemporal y la meticulosa artesanía que los convierte en verdaderas joyas de colección en la actualidad.